Una vida en piloto automático.
Un nuevo día llega y con él, se reinicia ese ajetreo constante que las responsabilidades traen consigo… necesitas trabajar, producir, ser proactivo, ¡el tiempo corre! Pero ¿qué pasa si, en tu afán de garantizarte un mejor futuro, estás dando por sentado el valor de la vida misma y cuentas con menos tiempo del que crees tener? Aunque no puedas escapar de una rutina frenética, puedes dejar de vivir en piloto automático y elegir a qué le das prioridad. Jesús nos enseña que no vale la pena afanarse por nada, ya que cada día trae sus propios desafíos y no hay forma de que tu preocupación pueda agregarle un segundo más al reloj de tu vida. Mejor, enfócate en lo trascendente. Apaga hoy el piloto automático y empieza a vivir con consciencia, sentido, propósito y sobre todo, gratitud