Los tiempos pueden haber cambiado desde que éramos adolescentes, pero el hecho sigue siendo que las lecciones aprendidas en esa etapa marcan las características de en quiénes nos convertiremos. Como líderes, tenemos una oportunidad única de conectar con la generación Z en las plataformas que ellos aman, pero debemos entenderlos y ser intencionales en nuestro enfoque. Al compartir contenido evangelístico e inspirador, y fomentando conversaciones abiertas, podemos ayudarlos a ver el verdadero impacto que una relación con Jesús puede tener en sus vidas.
Esto no se trata solo de estrategias; se trata de encontrarlos donde están y caminar junto a ellos en su recorrido de fe. Tomemos estos conocimientos a corazón y entremos en su mundo con compasión y creatividad. Juntos, podemos inspirar a la generación Z a seguir a Jesús y hacer una diferencia en su mundo.