Estamos rotos en nuestro interior
Generalmente escondemos nuestras emociones, experiencias y pensamientos. Ponemos cara de valientes y parecemos felices desde afuera. Pero nos sentimos heridos y rotos por dentro. Buscamos amor en los sitios equivocados, con gente equivocada y tratamos de sanarnos a nosotros mismos. Sin embargo, el amor que buscamos está en Jesús. Solo él puede sanar nuestras partes rotas.