¿Vas a venir a la fiesta?
Mientras la justicia del mundo nos enseña que cada quien debe recibir lo que merece, hay una clase de amor que no hace excepciones y nunca cierra sus puertas. El amor de Jesús no necesita ser comprendido, solo espera ser recibido y festejado. Él también espera por ti y te ha reservado un lugar en su mesa, ¿aceptas la invitación?